Para usted, mi lector:

"Y los ángeles etéreos rehuyeron a sus hermanos abismales y con hipócrita agonía arrancaron sus extremidades anadeantes y consumieron sus esperanzas de llegar algún día al lugar del que fueron echados como despojo divino. Lo bueno es que, aún en el fondo, pueden haber momentos plácidos."

miércoles, 16 de diciembre de 2015

En un mundo sin maldad


Lo conocía desde hace mucho tiempo, como sucedía siempre en este mundo. Compartía con él innumerables actividades. Un día fui a la preciosa casa de él, en lo profundo del bosque. El trayecto era difícil, pero en este mundo eso no importaba. Lo desconocido no parecía terrible donde nadie esconde nada.

Al llegar, compartimos unos juegos. La suerte estaba de mi lado y vencí de maneras casi sospechosas, pero juro no haber hecho trampas (mucho menos sabiendo en qué clase de mundo vivimos, donde la palabra trampa solo se utiliza para los horribles artilugios con los que se capturan las fieras) aunque mi amigo pareció alterarse. Sacó cada uno de los juegos que poseía de sus empaques y los lanzó precipitadamente al suelo, preparando cada uno para una revancha vengativa, cada vez más personal. Incluso intentó ganar retándome en juegos de los que yo no tenía conocimiento, con resultados arbitrarios.

Cenamos algo delicioso preparado por su amable madre, esa que se parecía tanto a la mía. Su padre también nos acompañó. Luego de la cena debía marcharme.

Tenía que volver a casa solo, a través del espeso bosque. Sabía que no tenía de qué preocuparme, Nadie tenía por qué. Ni siquiera cuando escuché el eco de unas pisadas suaves que parecían seguirme. Sabía que todo estaría bien.

Caminé alegremente en las sombras...
Nunca llegué a casa.

4 comentarios:

  1. excelente micro. Sabes sumergirnos en la cotidianidad y en la fantasía, a lo que añades un final incierto y posiblemente (¿?)malo para el protagonista, esos son los que a mi mas me gustan. Difícilmente encontrarás un final feliz en mis cosas, ya sean reales o fingidas.
    un placer leerte.
    Por cierto, como ciertas letras han desaparecido como por arte de magia de mi monitor, pensaba que habías quitado la posibilidad de los comentarios. sigo sin ver las letras de los títulos ni de comentario ni etiquetas, etc. conseguí comentar pasando el ratón a ciegas por esa zona. en fin, repito un placer leerte y comentarte.
    abrazo

    ResponderEliminar
  2. asdasdadasdas, de donde coño sacas tanto talento? D:
    Me encantó :3

    ResponderEliminar
  3. ¿Sacar talento? Más bien creo que, injustamente para sus lectores, se lo guarda... Buen relato Landró.

    ResponderEliminar