Para usted, mi lector:

"Y los ángeles etéreos rehuyeron a sus hermanos abismales y con hipócrita agonía arrancaron sus extremidades anadeantes y consumieron sus esperanzas de llegar algún día al lugar del que fueron echados como despojo divino. Lo bueno es que, aún en el fondo, pueden haber momentos plácidos."

lunes, 19 de diciembre de 2011

Murió el sueño y no lo vieron


Quisiera poder soñar
Pero el sueño murió,
ayer, o anteayer
en un mundo secreto;
nadie se enteró de su deceso,
pues ocupaban su tiempo en otros horizontes
muy alejados del sueño. Enajenados.
No le vieron sonreír y marchar
entre una nube de polvo amarillento
y vientos que surgían de ningún lugar,
adentrándose en la boca del destino
para no volver…
Y así como no vieron la muerte del sueño,
Aquellos ojos fallecidos, que ya no captan luz
dejaron de ver lo que sucedía
sumergidos en el vacío
de una modernidad sin recuerdo.