Para usted, mi lector:

"Y los ángeles etéreos rehuyeron a sus hermanos abismales y con hipócrita agonía arrancaron sus extremidades anadeantes y consumieron sus esperanzas de llegar algún día al lugar del que fueron echados como despojo divino. Lo bueno es que, aún en el fondo, pueden haber momentos plácidos."

jueves, 1 de octubre de 2009

En la noche


No es que sea creído, pero estoy seguro que la luna me guiña el ojo cuando sale a pasear sin su marido.

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