Para usted, mi lector:
"Y los ángeles etéreos rehuyeron a sus hermanos abismales y con hipócrita agonía arrancaron sus extremidades anadeantes y consumieron sus esperanzas de llegar algún día al lugar del que fueron echados como despojo divino. Lo bueno es que, aún en el fondo, pueden haber momentos plácidos."
viernes, 7 de agosto de 2009
Un trigo como hoy
Hoy es el día en que mi amada mujer nació, hace ya 19 otoños. Apenas le vi, como un susurro clandestino que intenta llegar a oidos confiables, pero le vi. Brillaba, siempre brilla. Estoy cansado, muy cansado, y esta noche soñaré con un mundo justo, como me pediste. Ese mundo justo no está muy repleto. Te tiene a ti, a mí, a nuestro futuro hogar y a nuestros aún no nacidos hijos. Una niña y un niño, tal vez dos niñas, tal vez dos niños, tal vez treinta de cada uno, mientras sea contigo, no importa cuantos, todos tendrán a la mejor madre de todas. Una que siempre les recibirá con una sonrisa y hará volcanes de puré de patatas, cada uno mejor que el anterior. Yo me dormiré y levantaré temprano escribiendo cada día un libro por cada uno de tus lunares.
10/9 siempre ha sido mi tamaño de sombrero.
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